Ha sido difícil la jornada del puertorriqueño desde los inicios de la colonización. En este poema se puede sentir la visión optimista de esta puertorriqueña que deseaba con todas sus fuerzas la libertad de nuestra isla. El ideal de Betances de unir las Antillas en un mismo pueblo llenó de esperanza a este pueblo durante muchos años. El liderazgo de estas personas que amaban a Puerto Rico tanto que desearon llenar la patria de dignidad y de honor que estuvieron dispuestos a ser señalados como criminales y a ser privados de su libertad. La personalidad del puertorriqueño se refleja en estos individuos porque dentro de todos nosotros tenemos la chispa que nos une como pueblo en una sola voz. Independientemente de ideales políticos o estatus económico, aquél que le importa Puerto Rico desea lo mejor para este pueblo. Eso es un verdadero puertorriqueño.
Lola se expresa muy orgullosa de sus acciones, expresa todo lo que extrañará, se ve separada de todo por lo que luchó y no podrá seguir disfrutando y en cierta manera se despide dejando un legado en el que aconseja a los demás puertorriqueños a continuar luchando por ser libres, unidos a nuestros hermanos caribeños. Nos envía un consejo de aceptar a Cuba como parte de nosotros. Nos invita a sentir ese amor que ella siente por nuestros hermanos, aquellos que le ofrecieron refugio cuando aquí se lo negaron.
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